Es bien sabido que las hormigas forman una sociedad jerárquica extremadamente bien organizada. Aunque eso aparentemente pueda parecer que están muy bien estudiadas, aun su comportamiento dista mucho de lo esperado en la realidad.
Entendemos una plaga de hormigas como algo inofensivo o al menos que no afecta a la salud humana tan directamente como otras plagas pueden provocar. Y aunque el artículo no es el argumento principal, no debemos subestimar el daño devastador que pueden provocar en la estructura de nuestra vivienda o lugar de convivencia.
El objetivo de este artículo es comentar lo complicado que puede llegar a resultar eliminar una plaga de hormigas. Sí es bien sabido que las hormigas detectan las altas y bajas presiones atmosféricas por propia naturaleza. Haciéndolas ser uno de los insectos más previsores ante el «mal tiempo». Eso nos hace percibir que las hormigas tienen un comportamiento errático, cuando la realidad es que, como se ha dicho al principio del artículo, tienen una organización casi perfecta.
Desde nuestro punto de vista, aparecen y desapacen sin razón alguna, cuando la realidad es que sí existe una razón. Esto provoca que el momento de realizar el tratamiento, dependiendo del ambiente atmosférico, sea más fácil o difícil dar con el foco principal. Es en esos casos cuando nos guiamos feacientemente por las indicaciones de los clientes.
Es por ello que en PLASERMAN SALUD PÚBLICA a parte del tratamiento de nuestro técnico, tendemos a proporcionar al propio cliente material para que sea autosuficiente para la instalación del producto. Las hormigas pueden estar más visibles en otros momentos, y lo que como empresa no podemos abarcar es estar disponible para los clientes a cualquier día y hora, y el coste que a estos les supondría. Como solemos decir, el tiempo es lo más valioso que tenemos.